Principio De Salud En Los Cultivos Orgánicos
El término “cultivos orgánicos” ha sido con frecuencia alterado. Ya no se trata sólo de una práctica de agricultura que usa composta, rotación de cultivos y que descarta totalmente el uso de químicos y de hormonas artificiales. Cultivar de manera orgánica es más que eso, puesto que una práctica altamente estructurada, que cuenta con varios estándares a seguir.
Lo primero que hay que recordar es que los cultivos orgánicos son monitoreados por un cuerpo internacional, creado en 1972: la Federación Internacional de Movimientos de Agricultura Orgánica (FIMAO). En la página Web de esta organización se puede conocer que el papel de la agricultura orgánica, ya sea en el cultivo, el proceso, la distribución, o el consumo; es sostener y mejorar la salud de los ecosistemas y los organismos, desde el más pequeño en el suelo hasta llegar a los seres humanos. Por consiguiente, cuando se habla de cultivos orgánicos se habla de agricultura ecológica, en la que el punto clave debe ser la salud.
La agricultura orgánica no está de acuerdo con los alimentos genéticamente modificados, con las hormonas en animales, con los aditivos en los alimentos para animales o cualquier cosa que sea artificial; en las prácticas del agro. Por otro lado, la FIMAO has establecido varios principios para la agricultura orgánica. El primero de ellos es el principio de salud.
El principio de salud establece que si se cultivan alimentos y se crían animales en suelo saludable, entonces se tendrán cosechas saludables y animales saludables. La consecuencia de esto es que se contará con alimentos saludables y a raíz de ello se tendrán cuerpos saludables. Esta es una cadena de reacciones que recaen donde todo comienza: en el suelo.
Las personas se preocupan mucho sobre la seguridad de los alimentos, particularmente basadas en el hecho de que algunas prácticas modernas -de agricultura- han provocado alergias a la comida, asma y enfermedades del corazón; como consecuencia de aditivos artificiales y fertilizantes químicos, que se ingieren a diario. Esto es mucho peor debido a la existencia de enfermedades, que se han ocasionado como consecuencia de prácticas irresponsables de agricultura, que van incluso en contra del sentido común.
Un ejemplo de esto último puede verse en la encefalopatía espongiforme bovina, o mejor conocida como la enfermedad de las vacas locas, la cual parece haber sido causada por alimentar a las vacas -que son herbívoras naturales- con los restos de otras vacas y otros productos no naturales, para aumentar su peso y ser sacrificadas mucho tiempo antes de lo habitual.